El artista Gabriel Sánchez Viveros presenta la exposición “El Ritmo de la Muerte“ acompañada de dos reinterpretaciones de ofrendas prehispánicas, las cuales se colocaban a nivel de piso debido a su cosmogonía y su relación con el inframundo que se creía era el primer lugar al que iban las almas de los difuntos, para purificar su cuerpo físico a través de la tierra y su alma por todo aquello que habían experimentado en vida.

En estas reinterpretaciones se utilizan elementos de los altares tradicionales mexicanos como las velas, que simbolizan la luz que ilumina el camino de los muertos, la flor de cempasúchil representando al sol que ayuda a guiar el camino de las almas con su colorido y aroma y la sal que se utiliza como símbolo de purificación.

En nuestro país las ofrendas de día de muertos son muy diversas y de acuerdo al lugar en el que se presentan, los elementos que las conforman tienen significados similares pero hay algunos esenciales que no pueden faltar, como lo són las flores, la sal, el agua, los alimentos y las velas. En este caso el artista decidió fusionar los elementos para así crear un altar que todos nos podamos apropiar. Uno de ellos invita a la participación del visitante, al escribir en una tarjeta el nombre de un ser querido al que se desee ofrendar dicho altar, con el fin de extender una de las tradiciones más importantes de nuestro país y así establecer un vínculo entre naciones, culturas y creencias.

Gabriel Sánchez Viveros decidió darle un espacio especial al altar de niños para añadir elementos lúdicos, velas blancas e instrumentos musicales que se vinculan con la obra del personaje que se decidió homenajear en esta ocasión, Agustín Lara.

La exposición “El Ritmo de la Muerte“ presenta una serie de obra pictórica interactiva la cual hace referencia a temas que inspiraban las canciones del músico mexicano y que también nos hablan del vínculo de la música y la muerte.